martes, 10 de marzo de 2009








Ellos lo dan todo, siguen recto el camino que les llevará hasta el final en donde una meta les espera, todo ese camino está lleno de lágrimas, risas, abrazos, saltos, caidas, penas, alegrías, un mar lleno de dudas con un oleaje claro y concreto que bordeará la orilla calma que verán después del alocado tic-tac del reloj.
La cuenta atrás está cerca y están en ese punto exacto donde la actuación se hace más íntima y personal, donde nace el vedadero teatro, donde las manos y los pies ya no les pertenecen sino que son de ese personaje que les nace desde la llema de los dedos hasta las cejas, están en ese momento concreto donde se aman las tablas, donde el teatro se hace eterno y bellísimo, donde un personaje va dejando huella en el terreno.